jueves, 24 de julio de 2008

EN TIEMPOS DEL DICTADOR

En pueblo muy pequeño allá por las alpujarras , cuyo nombre yo no voy a mencionar por respeto a alguien que se pueda dar por aludido con alguna semejanza ocurrida en el tiempo al cual me refiero en este panfleto el cual es total mente de mi imaginación.
Este pueblo de gente buena sencilla y de buena voluntad ,hombres buenos y trabajadores del campo
y mujeres que solo se dedicaban a ser madres que es el mas antiguo y hermoso del mundo, y ser buenas esposas para con su pareja que ya es importante, aunque casi siempre ocurre algo especial como el caso que voy a contar,de un día de estos muy especial para un pueblo como es el nombramiento del nuevo alcalde,que casi siempre era a dedo, que por cierto eran cuatro el alcalde su padre el cura y el guardia civil de mas graduación que hubiese en el pueblo.
Bueno esto es lo que paso después del nombramiento del señor alcalde salieron al balcón del Ayuntamiento que por cierto solo había uno los cuatro, y el primero en hablar fue el padre de nuevo alcalde y dijo que era el terrateniente mas importante del pueblo y dijo, y dijo asi:
Queridos arrendatarios el nuevo alcalde es mi hijo como todos ya savíais de antemano lo macho que es y los huevos que tiene el tío y desde ahora en adelante vais a tener libertad para todo yo como dueño y señor de casi todo, el día que tengamos que hacer los repartos de la cosecha yo no estaré presente como es la tradición os doy la libertad de que vosotros mismos hagáis el reparto de la cosecha que tendréis que depositar en mi casa y graneros de mi propiedad”.
Después hablo el señor cura y dijo en latin: “ya abemus alcalde y os pido respeto y obediecia para con él”.
Después hablo el nuevo alcalde y dijo: “queridos vasallos, todos aquí me tenéis para todo lo que queráis preguntar, menos a las horas desayuno, almuerzo, aperitivo, siesta, aperivo de tarde y cena y después tan poco porque ya sabéis lo que viene a continuación que también os gusta a vosotros”.
En este momento surge un aplauso casi unánime menos algunos que cuchicheaban entre ellos pero no seria muy bueno lo que decían que era de todo menos bonito. A esto que en un rincón de la plaza sale una voz de mujer acazallada que dijo
“Señor alcalde, señor alcalde, desde hoy en adelante podéis follar de gratis tu, el cura y hasta tu padre”
Y en este momento se armó un tumulto, era la mujer del alcalde que allí estaba presente que le dio tal sofocón que callo por el balcón y nadie la socorrió .

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